¿Que ver en la Sierra de Albarracín?
Con propuestas culturales como el Museo de la trashumancia, espacios históricos como el acueducto romano o increíbles paisajes naturales como las dolinas de Griegos y Villar de Cobos, la Sierra de Albarracín se presenta como un lugar en donde un fin de semana ya no resulta suficiente para conocer todo lo que hay que ver en este hermoso lugar.
Descubiertos en 1892 por Eduardo Marconell, los abrigos con pinturas rupestres de los Toros del prado del Navazo y de la Cocinilla del Obispo no solo fueron las primeras muestras descubiertas de arte levantino en la península, sino que representan una de las estaciones más importantes del conjunto de Albarracín, lo que lo convierten en uno de los núcleos más importantes de arte rupestre de todo Aragón.
A estas muestras de arte levantino, que se desarrolla en paneles pintados en las paredes de abrigos o covachos en los que se representan escenas de caza, de lucha, de iniciación, o simplemente de animales, también se le suman las muestras de arte esquemático, que a diferencia del levantino reduce a los hombres y animales a su mínima expresión conceptual, representando de forma gráfica un mundo espiritual y social mucho más complejo y elaborado que en épocas anteriores.
Con todo esto, y gracias a una gran cantidad de muestras a lo largo y ancho de toda su superficie, la Sierra de Albarracín se convierte en un lugar donde la cultura y la naturaleza van de la mano, ofreciendo a sus visitantes una experiencia de matices únicos.
A solo 19 km de Guadalaviar, en Frías de Albarracín, nace el río más largo de toda la Península Ibérica: el río Tajo. En un espacio rodeado por pinos y praderas, en las que podremos encontrar caballos y corzos así como otros muchos animales, se puede ver el lugar señalizado como el comienzo de este río que, tras recorrer 1007 km y atravesar seis provincias españolas y otras cuatro portuguesas, desemboca finalmente en Océano Atlántico.
El lugar se encuentra bien señalizado, por lo que es muy fácil poder llegar hasta él. Allí nos encontraremos con el monumento al Nacimiento del río Tajo, que consiste en una personificación del río junto a los símbolos de las tres provincias que lo acogen en sus primeros kilómetros: el torico, en representación de Teruel, el cáliz, representando a Cuenca, y el caballero, haciendo lo propio por Guadalajara.
Es también recomendable hacer una rápida visita a las Casas de Fuente García, un pequeño valle en el que se encuentra la afamada Fuente García, real nacimiento del río Tajo (aunque una disputa del municipio de Villar del Cobo reivindicaba en 2011 que el auténtico origen del curso fluvial se encuentra en su término municipal).
Abierto al público desde el año 2001, el Museo de la Trashumancia, ubicado en Guadalaviar, se encuentra en un edificio de tres plantas que fue construido precisamente para albergarlo. Estructurado en tres partes diferentes, en él podremos ver un recorrido histórico del pastoreo, conocer una visión etnológica sobre la vida diaria de los pastores y por último, un apartado dedicado a la trashumancia y la ecología.
Con una colección de objetos procedentes de diversas localidades y pueblos nómadas de todo el mundo, que se suma a una serie de paneles informativos y elementos audiovisuales (como audio guías que abordan todos los detalles y pormenores de la trashumancia), el museo busca acercar al visitante una actividad que marco a fuego la personalidad y la historia de las gentes de la Serranía de Albarracín, Cuenca y Guadalajara.
Precio: €2. Menores de 8 años entran gratis.
Horario de verano (julio-septiembre): Miércoles a domingo de 11:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:30.
Horario de invierno (octubre-junio): Viernes de 16:30 a 19:00. Sábados, domingos y festivos de 11: a 14:00 y de 16:30 a 19:00.
Teléfono: 978 708 255
En el coqueto pueblo de Gea de Albarracín encontramos a nuestra llegada el Centro de visitantes del acueducto romano Albarracín-Gea de Albarracín-Cella, un espacio que nos acerca una de las obras de ingeniería más imponentes de la época romana en Aragón, cuyo trayecto se extendía por donde hoy se encuentran estos tres municipios.
Con poco menos de 25km, el acueducto Albarracín-Gea de Albarracín-Cella fue levantado de forma perfectamente integrada con el paisaje, abriéndose paso a través de diversos accidentes geográficos y haciendo buena parte de su recorrido por galerías subterráneas que podían llegar a los 60 metros de profundidad.
El visitante puede no solo conocer el acueducto a través del centro de visitantes, sino también en persona, ya que se encuentra abierto y señalizado para su visita. Así es posible comenzar nuestro paseo en las fuentes de Albarracín, el lugar desde donde se cogían las aguas, para luego ir viendo otros tramos del acueducto que nos permitirán conocer y comprender como funcionaba esta obra de arte de la ingeniería romana.
Para mayor información acerca del recorrido puedes ponerte en contacto con el Centro de Visitantes al 978 072 022 o vía mail a turismo@centroacueductoromanogea.com
Para quienes no estén familiarizados con el término, una dolina es una forma del relieve que consiste en depresiones de la superficie que pueden diferir en el tamaño (pueden tener desde un metro de ancho hasta 400, y desde 1 a 200 metros de profundidad) que poseen generalmente una forma redondea u ovoidal. Estas depresiones se dan cuando los materiales geológicos que componen el suelo, necesariamente yesos o calizas, se disuelven con el agua que penetra en ellos y termina por producir el hundimiento de la superficie.
En la Sierra de Albarracín, más precisamente en las localidades de Griegos y Villar de Cobos, se pueden encontrar grandes exponentes de este accidente geográfico tan curioso, siendo éstas una de las mejores expresiones de este fenómeno que podemos encontrar tanto en Aragón como en el resto de España.
La excursión que permite observar las dolinas recorre unos 5 km, toma poco más de una hora y se puede hacer tanto si se sale de Griegos como de Villar de Cobos. Sumado a las cinco dolinas de la zona, que alcanzan una profundidad de hasta 50 metros, también es posible ver otras formas kársticas como los lapiaces, que son surcos en la propia superficie de distintos tamaños y profundidades.
Entre los municipios de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín, y formado por un extenso pinar de pino rodeno que crece casi hasta donde llega la vista, el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno recibe a sus visitantes dispuesto a ofrecerle unas postales únicas que resultarán difíciles de olvidar.
Hogar del hombre prehistórico, el cual dejó su huella con las pinturas rupestres de las que hablamos más arriba, el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno sirve hoy de cobijo a las especies típicas de esta zona de la península, como jabalíes, corzos, búhos reales, halcones peregrinos, ciervos o carboneros, entre muchos otros. En cuanto a la vegetación, aparte de la obvia presencia del pino de rodeno podemos encontrar también otras especies como el pino negral, el pino silvestre, la sabina albar y la sabina rastrera.
Ideal para los amantes de la naturaleza, la aventura y el deporte activo, este paisaje protegido nos invita a recorrerlo con calma, ofreciendo todo lo que el visitante puede necesitar, desde una gran variedad de senderos (ocho en total), hasta hermosos miradores, como el de Las Tajadas o el de Peña La Cruz, aparte de refugios y diversas áreas recreativas.
Guadalaviar, pueblo trashumante por historia y naturaleza, posee aún hoy una tradición que vale la pena presenciar: la despedida de los pastores.
Nuestro pueblo es orgullosamente el mayor foco de trashumantes de toda España, y año tras año los pastores de Guadalaviar han sabido trashumar, escapando del frío invierno aragonés, su ganado a través de más de 400 km a pie desde nuestro pueblo hasta la andaluza provincia de Jaén o hacia Castilla La Mancha, cumpliendo así con una tradición que lleva ya más de mil años de existencia.
Así, cada año es casi una tercera parte de nuestra población (unas 85 personas de 14 familias) la que se despide de nosotros, y es a esa despedida a donde suelen concurrir los vecinos y muchos estudiantes de veterinaria de Zaragoza, en una fecha que suele coincidir con el puente del 1 de noviembre, mientras que su retorno suele ser entre los días 20 y 25 de junio, coincidiendo muchas veces con San Juan.
Si tienes la posibilidad de vivir esta experiencia, no lo dudes. Aquí te estaremos esperando.
A diez kilómetros de Guadalaviar, todavía dentro de la provincia de Teruel, comienzan las rutas del Alto Tajo en las que se acompañan los primeros pasos del río que da nombre al lugar. Acompañados por un marco de una belleza natural indescriptible, en la que se presentan espesos pinares, verdes praderas, y agua brotando por doquier, el camino se abre perfecto para hacerlo con las piernas, con la vista, con el oído y con el olfato.
El canto de los pájaros, el perfume de la naturaleza y un camino dispuesto a llevarnos hasta el propio Parque Natural del Alto Tajo, proponen una aventura perfecta para quienes gusten de disfrutar de la naturaleza a través de actividades que les sumerjan en ella.
La primera parte del recorrido coincide con el GR-10, señalizado correctamente con las típicas marcas blancas y rojas, lo que sirve de guía continua y evita que nos perdamos. Con el río Tajo siempre presente a un lado del camino, solo nos separaremos de su cauce en contadas ocasiones, aunque siempre terminaremos volviendo a él.
La ruta es muy sencilla y es apta para toda la familia, por lo que no hay que tenerle miedo a enfrentarla con niños o incluso con carritos de bebes. Lo peor que nos puede pasar es embarrarnos un poco la zuela de las botas ;)
Descubiertos en 1892 por Eduardo Marconell, los abrigos con pinturas rupestres de los Toros del prado del Navazo y de la Cocinilla del Obispo no solo fueron las primeras muestras descubiertas de arte levantino en la península, sino que representan una de las estaciones más importantes del conjunto de Albarracín, lo que lo convierten en uno de los núcleos más importantes de arte rupestre de todo Aragón.A estas muestras de arte levantino, que se desarrolla en paneles pintados en las paredes de abrigos o covachos en los que se representan escenas de caza, de lucha, de iniciación, o simplemente de animales, también se le suman las muestras de arte esquemático, que a diferencia del levantino reduce a los hombres y animales a su mínima expresión conceptual, representando de forma gráfica un mundo espiritual y social mucho más complejo y elaborado que en épocas anteriores.
Con todo esto, y gracias a una gran cantidad de muestras a lo largo y ancho de toda su superficie, la Sierra de Albarracín se convierte en un lugar donde la cultura y la naturaleza van de la mano, ofreciendo a sus visitantes una experiencia de matices únicos.
A solo 19 km de Guadalaviar, en Frías de Albarracín, nace el río más largo de toda la Península Ibérica: el río Tajo. En un espacio rodeado por pinos y praderas, en las que podremos encontrar caballos y corzos así como otros muchos animales, se puede ver el lugar señalizado como el comienzo de este río que, tras recorrer 1007 km y atravesar seis provincias españolas y otras cuatro portuguesas, desemboca finalmente en Océano Atlántico.El lugar se encuentra bien señalizado, por lo que es muy fácil poder llegar hasta él. Allí nos encontraremos con el monumento al Nacimiento del río Tajo, que consiste en una personificación del río junto a los símbolos de las tres provincias que lo acogen en sus primeros kilómetros: el torico, en representación de Teruel, el cáliz, representando a Cuenca, y el caballero, haciendo lo propio por Guadalajara.
Es también recomendable hacer una rápida visita a las Casas de Fuente García, un pequeño valle en el que se encuentra la afamada Fuente García, real nacimiento del río Tajo (aunque una disputa del municipio de Villar del Cobo reivindicaba en 2011 que el auténtico origen del curso fluvial se encuentra en su término municipal).
Abierto al público desde el año 2001, el Museo de la Trashumancia, ubicado en Guadalaviar, se encuentra en un edificio de tres plantas que fue construido precisamente para albergarlo. Estructurado en tres partes diferentes, en él podremos ver un recorrido histórico del pastoreo, conocer una visión etnológica sobre la vida diaria de los pastores y por último, un apartado dedicado a la trashumancia y la ecología.Con una colección de objetos procedentes de diversas localidades y pueblos nómadas de todo el mundo, que se suma a una serie de paneles informativos y elementos audiovisuales (como audio guías que abordan todos los detalles y pormenores de la trashumancia), el museo busca acercar al visitante una actividad que marco a fuego la personalidad y la historia de las gentes de la Serranía de Albarracín, Cuenca y Guadalajara.
Información general
Dirección: Plaza del Horno, 1, 44115, Guadalaviar (Teruel).Precio: €2. Menores de 8 años entran gratis.
Horario de verano (julio-septiembre): Miércoles a domingo de 11:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:30.
Horario de invierno (octubre-junio): Viernes de 16:30 a 19:00. Sábados, domingos y festivos de 11: a 14:00 y de 16:30 a 19:00.
Teléfono: 978 708 255
En el coqueto pueblo de Gea de Albarracín encontramos a nuestra llegada el Centro de visitantes del acueducto romano Albarracín-Gea de Albarracín-Cella, un espacio que nos acerca una de las obras de ingeniería más imponentes de la época romana en Aragón, cuyo trayecto se extendía por donde hoy se encuentran estos tres municipios.Con poco menos de 25km, el acueducto Albarracín-Gea de Albarracín-Cella fue levantado de forma perfectamente integrada con el paisaje, abriéndose paso a través de diversos accidentes geográficos y haciendo buena parte de su recorrido por galerías subterráneas que podían llegar a los 60 metros de profundidad.
El visitante puede no solo conocer el acueducto a través del centro de visitantes, sino también en persona, ya que se encuentra abierto y señalizado para su visita. Así es posible comenzar nuestro paseo en las fuentes de Albarracín, el lugar desde donde se cogían las aguas, para luego ir viendo otros tramos del acueducto que nos permitirán conocer y comprender como funcionaba esta obra de arte de la ingeniería romana.
Para mayor información acerca del recorrido puedes ponerte en contacto con el Centro de Visitantes al 978 072 022 o vía mail a turismo@centroacueductoromanogea.com
Para quienes no estén familiarizados con el término, una dolina es una forma del relieve que consiste en depresiones de la superficie que pueden diferir en el tamaño (pueden tener desde un metro de ancho hasta 400, y desde 1 a 200 metros de profundidad) que poseen generalmente una forma redondea u ovoidal. Estas depresiones se dan cuando los materiales geológicos que componen el suelo, necesariamente yesos o calizas, se disuelven con el agua que penetra en ellos y termina por producir el hundimiento de la superficie.En la Sierra de Albarracín, más precisamente en las localidades de Griegos y Villar de Cobos, se pueden encontrar grandes exponentes de este accidente geográfico tan curioso, siendo éstas una de las mejores expresiones de este fenómeno que podemos encontrar tanto en Aragón como en el resto de España.
La excursión que permite observar las dolinas recorre unos 5 km, toma poco más de una hora y se puede hacer tanto si se sale de Griegos como de Villar de Cobos. Sumado a las cinco dolinas de la zona, que alcanzan una profundidad de hasta 50 metros, también es posible ver otras formas kársticas como los lapiaces, que son surcos en la propia superficie de distintos tamaños y profundidades.
Entre los municipios de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín, y formado por un extenso pinar de pino rodeno que crece casi hasta donde llega la vista, el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno recibe a sus visitantes dispuesto a ofrecerle unas postales únicas que resultarán difíciles de olvidar. Hogar del hombre prehistórico, el cual dejó su huella con las pinturas rupestres de las que hablamos más arriba, el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno sirve hoy de cobijo a las especies típicas de esta zona de la península, como jabalíes, corzos, búhos reales, halcones peregrinos, ciervos o carboneros, entre muchos otros. En cuanto a la vegetación, aparte de la obvia presencia del pino de rodeno podemos encontrar también otras especies como el pino negral, el pino silvestre, la sabina albar y la sabina rastrera.
Ideal para los amantes de la naturaleza, la aventura y el deporte activo, este paisaje protegido nos invita a recorrerlo con calma, ofreciendo todo lo que el visitante puede necesitar, desde una gran variedad de senderos (ocho en total), hasta hermosos miradores, como el de Las Tajadas o el de Peña La Cruz, aparte de refugios y diversas áreas recreativas.
Guadalaviar, pueblo trashumante por historia y naturaleza, posee aún hoy una tradición que vale la pena presenciar: la despedida de los pastores. Nuestro pueblo es orgullosamente el mayor foco de trashumantes de toda España, y año tras año los pastores de Guadalaviar han sabido trashumar, escapando del frío invierno aragonés, su ganado a través de más de 400 km a pie desde nuestro pueblo hasta la andaluza provincia de Jaén o hacia Castilla La Mancha, cumpliendo así con una tradición que lleva ya más de mil años de existencia.
Así, cada año es casi una tercera parte de nuestra población (unas 85 personas de 14 familias) la que se despide de nosotros, y es a esa despedida a donde suelen concurrir los vecinos y muchos estudiantes de veterinaria de Zaragoza, en una fecha que suele coincidir con el puente del 1 de noviembre, mientras que su retorno suele ser entre los días 20 y 25 de junio, coincidiendo muchas veces con San Juan.
Si tienes la posibilidad de vivir esta experiencia, no lo dudes. Aquí te estaremos esperando.
A diez kilómetros de Guadalaviar, todavía dentro de la provincia de Teruel, comienzan las rutas del Alto Tajo en las que se acompañan los primeros pasos del río que da nombre al lugar. Acompañados por un marco de una belleza natural indescriptible, en la que se presentan espesos pinares, verdes praderas, y agua brotando por doquier, el camino se abre perfecto para hacerlo con las piernas, con la vista, con el oído y con el olfato.
El canto de los pájaros, el perfume de la naturaleza y un camino dispuesto a llevarnos hasta el propio Parque Natural del Alto Tajo, proponen una aventura perfecta para quienes gusten de disfrutar de la naturaleza a través de actividades que les sumerjan en ella.
La primera parte del recorrido coincide con el GR-10, señalizado correctamente con las típicas marcas blancas y rojas, lo que sirve de guía continua y evita que nos perdamos. Con el río Tajo siempre presente a un lado del camino, solo nos separaremos de su cauce en contadas ocasiones, aunque siempre terminaremos volviendo a él.
La ruta es muy sencilla y es apta para toda la familia, por lo que no hay que tenerle miedo a enfrentarla con niños o incluso con carritos de bebes. Lo peor que nos puede pasar es embarrarnos un poco la zuela de las botas ;)